Garantismo a ultranza

El problema se origina hace algunos años en las facultades de derecho, cuando comienzan a instalarse doctrinas garantistas a ultranza, que son las que hoy dominan las decisiones de jueces y fiscales. 

Para la excarcelación de un imputado de delito grave siempre se examinó en primer lugar su peligrosidad, vale decir el riesgo de que pudiera volver a delinquir.

Hoy, cualquier penalista que se refiera a la peligrosidad del delincuente queda inmediatamente descalificado y es visto como un vulgar Torquemada. 

Es por ello que los delincuentes entran y salen de las comisarías mas rápido que sus víctimas, lo que además de propiciar una criminalidad cada vez mas feroz, desalienta por completo la difícil labor policial.